martes, 22 de julio de 2008

Gris

Gris. Era un hermoso día gris. El cielo estaba tapizado por una gran nube gris. El sol que ayer era un soberbio reflector, hoy es un simple e inocuo foquito que apenas se ve atrás de la nube gris. Gris. La gente anda abrigada. Bufandas, camperas, sacos. Negro, azul, marrón. Gris. No hay amarillo ni naranja. Gris. Poca gente afuera. Es un hermoso día gris. La gente odia los días así y no sale. La plaza está casi vacía. Las hamacas se balancean sólo por acción del viento. Se vuela un sombrero. Gris. El hombre que vende maní se está yendo. El jubilado les da migas de pan a las palomas que se amontonan en el suelo como una gran mancha gris. La plaza casi vacía. El cielo gris. Afuera se ve un hermoso día gris con poca gente que camina apurada por el frío. Tomo un sorbo de té bien caliente. Miro por la ventana. Gris. Por suerte. Me tapo hasta el cuello con el acolchado y giro la cabeza para ver el exterior. Gris. Es un hermoso día gris. Yo tengo gripe, y por suerte afuera hay un hermoso día gris. Me daría mucha bronca que haya sol y chicos jugando en la plaza.

No hay comentarios: