martes, 29 de mayo de 2007

Mujeres

Las mujeres no son todas iguales. Es peor... son todas distintas!!

Simplemente hay que vivir

No me fijo si hice bien o mal. No analizo mi vida. De eso se van a ocupar los que escriban mi biografía… yo me limito a vivir.

jueves, 24 de mayo de 2007

Ensordecedor zumbido

Puso el revolver encima del escritorio y lo vació. Sentado, meditativo, fingiendo empeño estuvo haciendo caer el percutor hasta que empezó a declinar la sosegada tarde de invierno. Una y otra vez el dedo en el gatillo y él agazapado en el centro del silencio endurecido que lamían perros, gatos, las bocinas lejanas balanceadas sobre el río. Un ensordecedor zumbido lo atormentaba. Una estridente pregunta lo abrumaba: ¿matar o…? La situación lo superaba, y el ensordecedor zumbido y la estridente pregunta lo perseguían. Sentado en su silla de ruedas, filosofaba acariciando un revolver vacío, mientras miraba de reojo las balas. Decidió cargarlo. Seguía pensando dentro de esa habitación cerrada, dentro de esa solitaria casa, mientras acariciaba el revolver con el cargador ahora lleno. Una parálisis de la cintura hacia abajo lo mantenía en esa silla de ruedas. Y el ensordecedor zumbido continuaba atormentándolo. Y la estridente pregunta lo abrumaba. Manipulaba el revolver, lo acariciaba y lo miraba desde distintos ángulos. Se decidió a poner fin a esa eterna vacilación. Agarró con firmeza el arma. Miró fijamente un punto negro que había en el armario frente a él. Ya no había nada que pensar; ya había meditado demasiado. Comenzó a disparar. Seis balas destrozaron el armario que estaba dos metros frente a él. Y el ensordecedor zumbido aún lo atormentaba… ¡Mosca de mierda!, gritó –ya voy a comprar veneno en aerosol.
(El primer párrafo del cuento anterior pertenece a "El astillero" de Juan Carlos Onatti)

Mujeres superpoderosas

No es que las mujeres estén ganando poder; los hombres estamos delegando más cosas en ellas.

domingo, 20 de mayo de 2007

Tarde

Más vale tarde que nunca... pero prefiero a tiempo.

jueves, 17 de mayo de 2007

Exageración de la mediocridad

Me molesta mucho ver "obras de arte" que se venden a decenas de millones de dólares y que no son más que malos dibujos mal pintados por un "artista" "de culto". Estos pintores tienen muy en claro que no saben dibujar (y en ocasiones tampoco saben pintar), por lo que exageran sus errores para que parezcan intencionales, como hace un tal Piccaso, o algo así. Otros hacen pinturas abstractas que cualquier idiota podría hacer. Este tipo de fraude es realizado, por ejemplo, por Pollock, cuyo "arte" consiste en llenar un pincel de pintura y hacer que chorree sobre un lienzo, y de ese modo genera cuadros que valen 140 millones de dólares. La peor parte de este comercio es culpa de gente a la que le interesa tener un cuadro creado por un "artista de culto" y paga semejantes fortunas por mamarrachos firmados con un nombre que los críticos catalogan con palabras como "sublime", "porfundo", o cosas así. Dicho sea de paso, y parafraseando a Ernesto Sábato, los críticos son personas que nunca en su vida agarraron un pincel, del mismo modo que alguien que nunca tuvo un bisturí en sus manos, podría ponerse junto a un cirujano y decirle como tiene que operar.
Esto me hace pensar mucho en la posibilidad de un arreglo entre el pintor y el crítico de arte que influye en un montón de idiotas que gastan plata comprando cuadros donde se exagera la propia mediocridad para hacer algo abstracto porque no pueden dibujar dos ojos iguales, o están incapacitados para pintar sin salirse de las líneas.

lunes, 14 de mayo de 2007

Gente especial

Es del tipo de gente que si no le dicen que hace frío, no se abriga

Experimento con "machos"

Son muchos los hombres que haciendo gala de su hombría y masculinidad, actúan con tendencias homosexuales. Basta para probar dicha tesis, un claro ejemplo: Se necesita un sujeto que realice el experimento, y éste debe ser hombre. El objeto de la experimentación corresponde que sea otro hombre que se jacte de su masculinidad. El procedimiento consiste en que el experimentador trate al objeto de la experimentación de homosexual, para ello se puede utilizar la clásica frase: “sos un puto”. El resultado de la experimentación es que para demostrar su “masculinidad” el objeto de la experimentación dirá algo como: “date vuelta, y vas a ver si soy puto”. La conclusión es que el objeto de experimentación para demostrar su “masculinidad” propone una relación homosexual en las cuál él es el principal actor.

viernes, 11 de mayo de 2007

Ayuda social

La situación de algunas personas es crítica, por lo cuál es necesario hacer un llamado a la solidaridad: colabore con los cartoneros.... TIRE BASURA A LA CALLE.

jueves, 10 de mayo de 2007

Página de inicio

Se rumorea que alguien puso a este blog como página de inicio. Yo no fui.

gas medicinal

Hace un tiempo, esperando un turno con un médico, escuché un ruido similar al de un pedo que provenía del escritorio de la secretaria. Ella era joven, rubia, flaca, linda… como el prototipo de secretaria, así que supuse que el sonido había sido producto de mi imaginación, o que se había generado por el roce de la silla con el piso. Unos segundos más tarde, vi a la secretaria tirando, disimuladamente, desodorante ambiental en el suelo, atrás del escritorio… Es raro, yo siempre pensé que las secretarias no se tiraban pedos.

miércoles, 9 de mayo de 2007

Azúuuuucar, diría Celia

El azúcar no engorda, el que engorda es el que la consume.

Fugaz historia de amor

Conoció a una chica en un boliche. Él dijo lo mismo de siempre, lo mismo que él decía siempre. Otra vez fue efectivo. Se gustaron. Se caían bien. Se dieron la mano. Se abrazaron. - Estoy de novia– le dijo ella. - No me importa– replicó él. Se besaron. Sólo unos minutos. Ella se fue. Él se quedo sonriendo. Solo. Como un idiota. Él se quedó pensando. Besó a una chica que estaba de novia. Se sintió mal por eso. Siguió pensando. Se sintió aun peor. La peor persona. Un verdadero estúpido…. No le había pedido el teléfono a la chica. ¡Qué boludo!

Cultura general

La cultura general sólo sirve para discutir.

martes, 8 de mayo de 2007

Tratamiento para ser feliz

Según la agencia de Noticias FAC (Fuente de Acotada Confiabilidad) existiría un nuevo tratamiento para que la gente sea más feliz. Consistiría en un proceso de atrofiar con rayo láser el hipocampo, ubicado dentro del sistema límbico de la corteza cerebral, que está relacionado con la memoria a largo plazo, es decir, con la acumulación de información. También se extirpan porciones del hemisferio cerebral izquierdo, del área del lenguaje particularmente, por lo cuál la persona pierde la capacidad de hablar de manera fluida, coherente e interesante. Es común que adquieran muletillas, o que en medio de un discurso se olviden de lo que iban a pronunciar, y sólo digan "nada". Se experimentó en personas del sexo femenino, principalmente de cabello rubio. Los científicos que llegaron a estas asombrosas conlusiones, pertenecientes a la Univeridad Nacional de Manequeens, son Ricardo Piñeiro y Francisco Dotto, quienes recibieron la ayuda de su inseparable colaborador, Roberto Giordano.

lunes, 7 de mayo de 2007

No por mucho tener que madrugar, uno se acuesta más temprano.
La mina que uno se levanta en un boliche es un título. Nada más.
Casi todos los argentinos ven Gran Hermano… pero la mayoría no lo dice porque le da vergüenza.

De donde vengo

Cuando nací fui abandonado por mi madre, y por mi padre. Afortunadamente, casi como Rómulo y Remo, fui criado por una perra callejera que me amamantó. A los15 días, fui abandonado por esa perra. Alguien me encontró y me llevó a un orfanato, luego de varios años de vivir ahí, fui adoptado por Henry Ford, el fabricante de autos, cuyo hermano, Roque, fabrica quesos. Lástima que nunca me gustó el queso Roque Ford. Mi padre adoptivo no era un hombre austero, sino que se jactaba del dinero que tenía, y yo cierto día le pregunté por qué si teníamos tanto dinero no teníamos un BMW o un Mercedes. Sin darme explicaciones me devolvió al orfanato. Poco más tarde fui adoptado por el señor Hewllet Packard. Viviendo con él, empecé la escuela primaria. Luego de dos meses, me expulsaron del colegio porque en las pruebas me copiaba. Días después, el señor Hewllet Packard también me devolvió al orfanato. Afortunadamente, él me dio explicaciones: me dijo que me devolvía porque yo era un idiota…. Pensándolo bien, hubiese preferido que no me dieran explicaciones. Tiempo después fui adoptado por el luthier Stradivarius, el fabricante de violines. Ahí tuve mi primer contacto con el violín, hasta que mi papá me vio y me cagó a patadas por usar sus instrumentos. Luego de este primer contacto con la música, decidí dedicarme al piano. Comencé con uno de plástico, pero que servía para mis propósitos. Día y noche practicaba ese maravilloso instrumento, hasta que cierto día mi padre, un gran músico me dijo que si seguía tocando así, con tanto empeño, algún día yo sería como Bethoveen…. sordo. Después de un año viviendo con él, me envió de regreso al orfanato. Él también me dio explicaciones: me dijo que se había vencido el contrato, y que había que darle la oportunidad de vivir conmigo a alguna otra familia. Él pensaba que nadie valora su felicidad hasta que conoce la desdicha, y él quería darle la posibilidad a otras personas de que valoren su felicidad. Ahí, producto de una vida tormentosa comencé a escribir. Poco después ya escribía en diarios y revistas… o servilletas, o cualquier papel que tuviera a mano. A los 17 años edité mi primer libro de poemas. Fue una tirada de 25.000 ejemplares. Tuve que tirarlos porque no los pude vender. Afortunadamente, las camas del orfanato tenían una pata más corta que el resto, así que ellos me compraron varios libros. En cierta ocasión, recibí el llamado de la música, y decidí sacar un disco compacto con mis poesías, a las que le había agregado una bella música. Como un modo de lograr difusión, regalé algunas copias a las disquerías, las radios y las empresas discográficas. Poco tiempo más tarde, ya era disco de oro. Había llegado a las 50.000 copias regaladas. La música no me volvió a llamar. Ahora, adoptado por la familia con la cual vivo espero ansioso una nueva aventura para seguir escribiendo acá.

(N. del R.: En realidad, mi vida fue un poco menos emocionante de lo que se plantea en el texto. Además, no todas las situaciones ahí descriptas fueron inventadas por mí. Aprovecho, para agradecer a Les Luthiers, colaboradores involuntarios).