sábado, 7 de marzo de 2009

Trabajo

- ¿Qué? ¿Trabajar? ¿Vos te creés que todo el mundo tiene tiempo libre como para ponerse a trabarjar?

sábado, 14 de febrero de 2009

El Origen del Universo

Quizás nuestro Dios creó el Universo cuando tenía unos 15 años, y lo presentó en la Feria de Ciencias del Olimpo (F.C.O.). ¿Habrá aprobado?

domingo, 8 de febrero de 2009

Al divino botón

Te encomendaste al Altísimo. A Dios. Al único Dios. Creador, omnipotente, ubicuo. Causa incausada. Primer motor. Le pediste ayuda a quién creó los cielos y la tierra, los animales, los planetas, el Universo entero. Le pediste un favor a Dios... ¿Quién carajo te crees que sos?

martes, 9 de septiembre de 2008

Personajes históricos

En esta ocasión se me ocurrió poner un biografía de Mariquita Sánchez de Thompson. Para hacerla recurrí a wikipedia como fuente de información y a ciertos personajes de la época que me dieron datos de primera mano. Muchos de los datos (el nombre completo de Mariquita, por ejemplo) son ciertos, pero lamentablemente no puedo probar todo lo que van a leer a continuación. Creo que en algún momento voy a seguir investigando a otras personalidades de nuestra historia. La idea es hacer una "construcción de un pasado como justificación de un presente" (tengo 100 años de perdón). A modo de brevísimo resumen les cuento que esta mujer se hizo muy conocida a raíz de haberse negado al casamiento que su padre había arreglado para ella e incluso se casó con un primo segundo. También se la conoce porque en un salón de su casa se tocó por primera vez el Himno Nacional Argentino. Si no me creen, consulten con quien todo lo sabe y todo lo dice: Google. Mariquita en el ocaso de su vida

María Josepha Petrona de Todos los Santos Sánchez de Velazco (nombre completo, como quién dice)[] nació en Buenos Aires el 1º de noviembre de 1786. Sus padres, Cecilio Sánchez de Velazco y Magdalena Trillo, padre y madre respectivamente, tenían pocas esperanzas con respecto a su vida por los malos partos y las muertes prematuras de anteriores hijos que en varios casos se debieron a envenenamiento o “accidental” asfixia. Ésto la convirtió en la única heredera del suntuoso patrimonio familiar, con un gran prontuario, convirtiéndola en un partido apetecible pero sólo por la primera de esas suntuosas características.

Mariquita se formó intelectual y afectivamente en el marco de la rígida apariencia de la sociedad porteña virreinal, es decir, en el caretaje de la época. Era una chica bien, era G.C.U. (Gente Como Uno, ¿viste?). Se especula con que habría utilizado frases que habrían sido precursoras del “tipo nada” o “sho sólo voy a Club F”, o bien, “¿al centro?, que asco, stá sheno de pobres”.

Cuando tenía 14 años su padre la comprometió con Diego del Arco, pariente del primer marido de Magdalena Trillo, y sin ninguna relación con Maradona, el Diego de la Gente. Sin embargo, Mariquita se había enamorado de un primo segundo, Martín Thompson. “Mientras más primo, más le arrimo” era una frase que, según el almacenero, Mariquita solía decir con promiscua e incestuosa frecuencia.

Entretanto, ella había producido un verdadero escándalo al mejor estilo de Nazarena Vélez, y ante su reclamo, un funcionario llamado Jorge Riale se presentó en su casa para explorar su voluntad. “Un sujeto masculino de personalidad curiosa se apersonó en el domicilio de la susodicha persona femenina alias Mariquita”, fue la frase exacta que un policía de la época habría dado a un periodista que también era de ésa época, y a un científico que asegura haber nacido en el año 2054 y que habría llegado al lugar a través de una máquina del tiempo que utiliza un condensador de flujo y 2.000 gigowatts de potencia a través de un MP8.

Volviendo a la visita de Jorge Riale, Mariquita aprovechó para afirmar que su intención era unirse con su primo segundo Thompson. El tercero en cuestión, Diego del Arco, debía soportar una humillación patética, y Mariquita sería depositada en un convento, lugar desde donde habría pervertido a varias mujeres que estaban ahí por oficio y no por obligación. Afortunadamente, tres años después, se le concedió autoridad al virrey para permitir o no los casamientos impedidos por los padres de los novios, pero ya era demasiado tarde para las monjas del convento que despidieron a Mariquita con una fiesta con strippers del Golden y los concursantes de Gran Hermano del año 1804.

La boda de Martín y Mariquita, bendecida por Fray Cayetano Rodríguez, tuvo lugar el 26 de junio de 1805. A diferencia de su madre, ella tuvo cinco buenos partos: cuatro mujeres (Florencia, Clementina, Albina y Magdalena) y un varón (Juan). Éste último, Juan Thompson Sánchez de Thompson fue el creador de una empresa de productos para el cuidado de la salud a la que nombró “Thompson & Thompson”. Su padre, Martín Thompson fue designado “a dedo” (como se acostumbra a hacer en Argentina desde tiempos inmemoriales) para embarcarse en una función diplomática a Estados Unidos, a la edad de 39 años. El Hammer que manejaba Mariquita habría sido conseguido en una de estos viajes de trabajo. El señor murió tres años después regresando a su patria. Sus restos descansan al fondo del océano Atlántico cerca de las costas de Garopaba. Mariquita Sánchez fue al lugar a despedir los restos de su esposo (si es que hubo “restos” y el tiburón no se lo comió completamente). Ella, habría sido la primera turista argentina en esas playas que ahora están de moda.

Pasado un año, cuando comenzaba a “aburrirse”, Mariquita contrajo matrimonio con un joven francés llamado Juan González, cuya conducta le deparó muchos sinsabores que terminaron en separación. De este matrimonio tuvo tres hijos: Julio, Carlos y Enrique.

Otros amigos íntimos de la mujer fueron el ruso William Jackson y el italiano Mirko Stroksi.

Actividad política

Históricamente se ha representado a esta mujer como un personaje más en la historia argentina, relegándola al mero hecho de haber sido representado en un salón de su casa, por primera vez, el Himno Nacional Argentino, la célebre canción de Blas Parera y Vicente López y Planes, el “power trío” de la época. Ellos fueron músicos de mucho éxito, pero a raíz de una sola canción, siendo precursores del llamado “exitismo efímero”, corriente que luego seguirían artistas como Elvis Crespo, Fey, Los ladrones sueltos, entre otros. Volviendo con Mariquita Sánchez de Thompson, fue una de las primeras mujeres argentinas políticamente activas. Su casa de la calle Umquera, hoy calle Florida, acogió a las personalidades de la causa revolucionaria de 1810, atraídas por la hospitalidad de la dueña. Fuentes cercanas a Mariano Moreno aseguran que el afamado político visitaba a Mariquita únicamente por las “macitas con dulce de leche” que preparaba la anfitriona. Cornelio Saavedra fue otro de los ilustres visitantes de la señora, pero según un desconocido testigo, él prefería el café con galletas de coco.

Mariquita era una fina cronista de los sucesos que conformaron luego la historia fundacional de Argentina como república y tenía conciencia de la proyección histórica que podían tener sus escritos, es por ello que se dedicaba a tomar nota de todos los sucesos que acontecían en la época. Lamentablemente, muchos de sus textos se perdieron, fueron robados o simplemente se arruinaron con el paso del tiempo. Sin embargo, para esta biografía he logrado hacer una copia de lo único que queda de su prolífica obra, que la mostraré a continuación:

“Hoy ha sucedido algo increíble cuando Juan José Castelli discutía con el afamado (…) incluso cuando intervino la (…) increpóle, insultóle y escupióle la cara. Testigos afirman que abríale levantádole el dedo mayor cuando (…)”

Lamentablemente es poco lo que quedó de sus libros, pero no dudamos de la riqueza que habría tenido si se hubieran conservado mejor. Se ignora quién fue el que le dijo a Mariquita que así como a las personas y animales, a los libros también conviene conservarlos en formol. Tampoco se sabe como ella fue tan pelotuda como para hacerle caso.

La señora Sánchez de Thompson de González, formó parte de la Sociedad de Beneficiencia, siendo una de las fundadoras, primera secretaria de la institución en 1823 y presidenta de la misma entre 1830 y 1832. Pese a la maratónica escalada jerárquica, sólo se habría acostado con uno de los directivos de dicha sociedad, por lo cuál se cree que la mayor parte de su ascenso se debe a méritos propios. “Ella fue un ícono del ascenso laboral de las mujeres por mérito propio. Yo nunca me acosté con un hombre para tener un mejor puesto”, dijo Mónica Lewisky muchos años después mientras se sacudía la tierra de sus rodillas.

Así, luego de una novelesca vida, Mariquita Sánchez de Thompson (y de González) falleció el 23 de octubre de 1868 en Buenos Aires, a sus casi 83 años de edad, todo un récord para la época.

sábado, 23 de agosto de 2008

Fuerza de Voluntad

Hoy pensé en escribir algo sobre la fuerza de voluntad... pero no tengo ganas. Otro día lo escribo.

lunes, 11 de agosto de 2008

Te extraño

Adentro del bar no hay más contaminación que la de los cigarrillos, no más ruido que el susurro del aire acondicionado. La puerta de vidrio es una invitación a escapar del infierno urbano.

Como si estuviera en penitencia, estoy en la mesa de la última esquina del bar, donde nos sentamos la primera vez que vinimos. Hay dos sillas junto a esta mesa, pero vos no estas acá haciendo tus chistes, diciendo tus frases cariñosas, dando consejos sinceros o hablando de política con la misma calidad del columnista del noticiero de la noche. Sólo me acompaña tu sombra, tu recuerdo, mi soledad.

Le pido al mozo un té de manzanilla, fuerte, sin azúcar. Cuando lo trae, tomo un sorbo y bajo la taza. Te extraño. Parece que fuera ayer la última vez que te vi. Me vienen a la memoria imágenes de tu cara triste, diciendo que así no podías seguir…

Tomo un segundo trago. Te extraño. Y me acuerdo de mi cuerpo congelado cuando me di cuenta de que no querías seguir conmigo. Me dan ganas de volver a ese momento y pegarme una cachetada para poder reaccionar. No te dije nada, me quedé callado, viendo tu cara a punto de llorar, y después tu espalda cerrando la puerta.

Levanto la taza, y tomo un poco más de té para relajarme. Te extraño. Y no te dije nada para que te quedaras conmigo. Ni siquiera te pedí perdón. Y ahora se me ocurren un montón de frases que hubieran convencido a cualquiera de lo mucho que te amaba, que te amo. Pero son tan convincentes como inútiles.

Un nuevo sorbo de té pasa por mi garganta, y yo trato de aflojar la memoria y hacer aflorar los recuerdos. Te extraño. Y recuerdo la primera vez que estuvimos en este bar, en estas sillas. Me acuerdo de la primera vez que te abracé en el cine, y de mi corazón que latía apurado en ese momento. Me acuerdo del primer beso, la primera vez que me dijiste que me amabas, la primera vez que dormimos juntos, la última vez que lo hicimos…

La taza está casi vacía y bajo la cabeza para verla. Ahora que presto atención, me doy cuenta por que pienso que el té es extraño… ¡el mozo me trajo café!