lunes, 28 de julio de 2008

Se va todo al carajo

No hay absolutamente nada creado por mi en este “post”, “entrada” o simplemente “texto” que están leyendo ahora. Simplemente leí en la página La Internet Apesta (o LIA) la traducción de un texto escrito por un tal David Wong que me dio la pauta de que se está yendo todo al carajo. Básicamente, lo que dice es que en el afán del hombre de hacer mejor la vida de la raza humana la está haciendo más angustiante. Lean ESTO.

Si cuento que justo antes de leer esa obra de arte escuché una canción llamada “El Whisky de Dios” de Zambayoni donde genialmente habla sobre como cada cosa que uno hace puede ser su última acción en la vida, se comprenderá cabalmente la depresión que me agarró. Sin embargo, no sólo recomiendo leer lo de LIA, sino también escuchar esa canción (se puede bajar de Internet). Y no crean que lo hago para deprimir a más personas y no sentirme solo en mi depresión, sino como tratando de dar una cachetada para que reaccionemos. Básicamente, ése es el motivo de esto que esto que estoy escribiendo. PAF.

Nota: El PAF que escribí al final es el sonido onomatopéyico que me salió para una cachetada.

martes, 22 de julio de 2008

Gris

Gris. Era un hermoso día gris. El cielo estaba tapizado por una gran nube gris. El sol que ayer era un soberbio reflector, hoy es un simple e inocuo foquito que apenas se ve atrás de la nube gris. Gris. La gente anda abrigada. Bufandas, camperas, sacos. Negro, azul, marrón. Gris. No hay amarillo ni naranja. Gris. Poca gente afuera. Es un hermoso día gris. La gente odia los días así y no sale. La plaza está casi vacía. Las hamacas se balancean sólo por acción del viento. Se vuela un sombrero. Gris. El hombre que vende maní se está yendo. El jubilado les da migas de pan a las palomas que se amontonan en el suelo como una gran mancha gris. La plaza casi vacía. El cielo gris. Afuera se ve un hermoso día gris con poca gente que camina apurada por el frío. Tomo un sorbo de té bien caliente. Miro por la ventana. Gris. Por suerte. Me tapo hasta el cuello con el acolchado y giro la cabeza para ver el exterior. Gris. Es un hermoso día gris. Yo tengo gripe, y por suerte afuera hay un hermoso día gris. Me daría mucha bronca que haya sol y chicos jugando en la plaza.

Instrucciones para tomar sopa

Leí unos textos escritos por Julio Cortázar y otro de Alejandro Dolina quien se basó, seguramente en el primero para escribir este genial texto. Sin querer ser menos, pero sabiendo a ciencia cierta que lo soy, es que me propuse escribir una guía de instrucciones, que en este caso explican como debe tomarse la sopa. Los dejo solos.

Instrucciones para tomar sopa

Para obtener mayor placer se recomienda conseguir una noche fría. Sin embargo, están quienes disfrutan de tomar sopa en cualquier momento y condición. En segundo lugar, debe usted olvidar todo lo que leyó en Mafalda sobre la sopa.

1 - Coloque la infusión bien caliente en una taza.

2 – Mire el humito que sale de la taza.

3 – Revuelva la sopa aunque no sea necesario.

4 – Después de unos segundos, suelte la cuchara y deje que se siga moviendo producto de la inercia.

5 – Junte sopa en la cuchara y llévela dos centímetros por encima de la altura de la taza.

6 – Acerque la cabeza a la cuchara y sople suavemente dos o tres veces, tratando de no derramar el líquido.

7 – Mire las ondulaciones que se hacen en el líquido que hay sobre la cuchara.

8 – Ponga los labios formando un círculo, como si tuviera un cigarrillo en el centro.

9 – Aspire suavemente la sopa, como si aspirara un fideo largo.

10 – Disfrute de ese zumbido que se genera.

11 – Repita los pasos del 5 al 10 hasta que se acabe la sopa.

viernes, 4 de julio de 2008

Siguió corriendo

No podía sacarse esa idea de la cabeza. Daba vueltas en la cama, se tapaba la cabeza con la almohada, cada tanto gritaba. Sin poder aguantar más se levantó, se puso zapatillas y una campera de jean y salió a buscarla; tenía que hablar con ella. Apenas estuvo afuera sintió una patada de frío en el pecho que lo hizo estremecer. Pensó en abrigarse más, pero no podía perder tiempo. Empezó a correr. Saltó un charco y se tropezó con una baldosa rota, pero siguió corriendo. La imagen le seguía dando vueltas en la cabeza, y cuando se lo imaginaba era peor. ¿Cómo mierda pudo hacer eso? ¿A quién carajo se le ocurre?, decía en voz alta mientras se agarraba de un poste para doblar en la esquina. Soportó la mirada asustada y curiosa del hombre que cerraba el kiosco y siguió corriendo. Ignoró el insulto de un borracho y siguió corriendo. Lo único que iba más rápido que él, eran los latidos de su corazón. Saltó por encima de una rama y siguió corriendo. ¡Pero que hijo de puta!, gritó mientras cruzaba la rotonda. Pateó una lata de cerveza y siguió corriendo. Era una helada noche de invierno y él traspiraba como testigo falso, pero seguía corriendo. Corría y no podía creer lo que había pasado. Asustó a un gato y siguió corriendo.

Por fin llegó a la casa de ella. Tocó el timbre y apoyó las manos en la pared, mientras bajaba la cabeza tratando de recuperar el aliento. Su corazón seguía corriendo, y su cerebro no dejaba de pensar en aquella imagen.

- ¿Quién es? –preguntó su novia por el portero eléctrico.

- Amor, soy yo. Tengo un chisme que contarte.

jueves, 3 de julio de 2008

Cinco palabras

Imagino tu cara, tu mirada de perro abandonado. Hundo mi cara en la almohada fría. No quiero ver nada. Ni el pasado, ni el presente, ni el futuro. Pienso. Recuerdo y quiero pegarme. Busco alternativas vanas, inútiles, para un diálogo que está muerto y que fue asesino. Pienso en un discurso que no dije y recuerdo cinco palabras que se escaparon sin pensar. Imagino tu cara. Tu lágrima patinando por la mejilla me apuñala el corazón marchito. Esa pasa de uva que agoniza en mi pecho abierto por una filosa verborragia sin cerebro. Recuerdo tu espalda y quiero pegarme. Imagino tu lágrima y quiero matarme.